Muerte y Reflexión, para aprender a vivir
Estamos rodeados de amigos, familiares y conocidos, diagnosticados de “cancer” .-Desde el momento que sentimos cercana ésta enfermedad, nos preguntamos urgentemente ¿porque nos toca a nosostros.?- Hablar con enfermos afectados intentando ofrecer algún consuelo, o simplemente transmitir lo más difícil, tranquilidad y relajación, provoca en mí distintos sentimientos, pensamientos y emociones que desde aquí comparto. Aunque es cierto que todos los afectados están dispuestos a luchar por vencer la enfermedad, que ni quimioterapia, ni intervenciones, logran parar en ocasiones, percibimos el gran temor que hay detrás de su desconsuelo: el miedo a la muerte, la posibilidad de que la enfermedad resulte en ellos.-
Dicho miedo a la muerte, ha provocado asiduamente que en ésta sociedad, la ignoremos, la desplacemos a un lado, no seamos capaces de mirarla de frente. Si éste hecho lo considerásemos más normal, como el único inevitable en la vida de todo ser humano, ganaríamos en plenitud de vida, disfrutaríamos más de lo único verdaderamente existente,” el momento presente”, llevándonos sin dudarlo a ser nosotros mismos. Asumir nuestra naturaleza vulnerable, mortal, nos haría más humanos, más humildes, menos prepotentes, menos superficiales en nuestro paso por esta vida. ¿Por qué no se dedica un espacio en los colegios (incluso una asignatura) y en las familias a tratar este tema, a educar a los niños en el reconocimiento de algo que es parte inseparable de la vida?
Todo aquel que ha mirado, observado, y estudiado la vida se topa con la muerte. El ser humano, en tanto que material, es caduco y finito. Y sin embargo, como ser espiritual, tiene aspiraciones de algún día ser infinito. El instinto humano de supervivencia y el de ir más allá de la muerte, prevalecen en nuestras mentes.- La muerte es un cambio que nadie puede esquivar, nos devuelve a la realidad de lo que es, de lo innegable.
¿Por qué entonces esperamos hasta el último momento para repasar nuestra vida, y apenarnos de lo no realizado? ¿Por qué esperar hasta que nos anuncian una enfermedad grave, hasta el momento de tener que enfrentarnos a nuestra finitud para ser amorosos con quienes queremos, dar gracias, querer realizar nuestros sueños apresuradamente? Dejemos de pensar en el ayer y en el mañana, fijémonos en el gozo del ahora, eliminemos el tormento de los posibles problemas que tal vez nunca ocurran. A todo esto es a lo que la muerte da sentido.
Existe un testimonio de la doctora Elisabeth Kübler-Ross. Es parte de una carta escrita a un niño enfermo de cáncer: “Cuando hemos realizado la tarea que hemos venido a hacer en la tierra, se nos permite abandonar nuestro cuerpo, que aprisiona nuestra alma al igual que el capullo de seda encierra a la futura mariposa. Llegado el momento, podemos marcharnos y vernos libres del dolor, de los temores y preocupaciones; libres como una bellísima mariposa, y regresamos a nuestro hogar, a Dios, cualquiera que sea, o seguramente al infinito”. Impresionante ¿verdad? “Es muy importante que hagáis lo que de verdad os importe…. sólo así podréis bendecir la vida cuando la muerte este cerca”.
Sólo hay algo tremendamente desolador, para afrontar una enfermedad grave, el pensar que si no logras vencerla, al final de la vida sólo existe el vacío, no hay nada, y esto que estamos viviendo es lo único; entonces si que es tremendo, yo me resisto a pensar eso, para mi hay algo más…………
Se lo dedico con profundo cariño y solidaridad a todos afectados de cáncer , de nuestra tierra más cercana, desde lo más profundo en forma de fuerte abrazo, prometiendoles que cuando pequeños problemas me agobien, pensar en ellos me dará nuevas fuerzas para superarlos y valorar lo verdaderamente importante en nuestras vidas-
Fdo. Mariano Esteban Vidal
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