ética y vergüenza
No hay resolucion, no hay acuerdo, no hay etica ni verguenza, y por ello va a morir un monton de gente.
Cuando los paises norte-africanos se revolvieron pacificamente contra sus gobernantes, los jefes de estado europeos se apresuraron a decir lo grande que era la democracia y los derechos que tenían los habitantes de esos lugares para reivindicar sus derechos pacificamente.
Inluso reconocían a los revolucionarios.
Han pasado los dias y el gobierno libio, que ya se sabía como era y que no ha actuado como el egipcio o el tunecino, sino que se ha lanzado a una represión feroz, con sus hijos descojonandose de los que iban a ayudar a los revolucionarios, y anunciando que en cuarenta y ocho horas todo listo.
Ojalá se resuelva algo, pero los muertos y represaliados son muchisimos y lo que vendrá después de la conquista de las ultimas ciudades libias rebeldes al regimen de Gadafi sera propio de una guerra medieval.
Dan ganas de vomitar. No se si explotara la central nuclear de Japon, deseamos que no, pero en Libia ya lleva muchos días y años explotando.
Y aqui nadie echa agua.
Por Pascual Ferrer.
4 comentarios
Cierzoyniebla -
Pascual -
- ¿Por qué se sublevó primero el este del país? Libia es un país compuesto de tres grandes regiones -la ubicada en el este se denomina Cirenaica- que fueron federadas por el colonizador italiano. La tribu de warfalla, la más numerosa de Libia y asentada en Cirenaica, se alió con el coronel Gadafi, pero la región, la más rica en hidrocarburos, se "considera ahora excluida del aparato del Estado y del reparto de la renta petrolera", según el investigador francés Luis Martínez. Es, además, la zona más religiosa del país. Los protagonistas de las protestas son jóvenes profesionales, empezando por los abogados, y también los islamistas.
- ¿En qué se parece y se diferencia Libia de Túnez y Egipto? Como sus vecinos, Libia es un país árabe, musulmán suní en un 97%. Está gobernado por la más férrea dictadura del norte de África, pero es también el menos poblado, con 6,7 millones de habitantes; el único que acoge inmigrantes (1,2 millones de trabajadores de otros países árabes y subsaharianos) y el más rico gracias a la exportación de hidrocarburos (1,8 millones de barriles al día antes de que estallase el conflicto). Su renta per cápita fue de 10.490 euros en 2009. La española, de 17.930.
- ¿Se trata de una guerra civil? La sublevación se ha convertido en una guerra civil, pero con matices. Es ante todo la guerra de unas fuerzas de élite, compuestas por mercenarios subsaharianos, la Guardia Revolucionaria y unidades especiales al mando de los hijos de Gadafi, y, en el otro bando, civiles convertidos en milicianos y entremezclados con los restos del Ejército convencional, mal equipado, que se unió a los insurgentes. Gadafi tiene también el apoyo de civiles, empezando por los de su propia tribu, los gadafa.
- ¿Cuánto tiempo durará? La sublevación se propagó rápidamente, pero fue aplastada en algunas ciudades incluida la capital, Trípoli. Otras ciudades que cayeron en manos de los rebeldes, como Zauiya y Ras Lanuf, han sido retomadas por los leales a Gadafi. El número de muertos supera ya los 6.000. La relación de fuerzas es favorable a Gadafi, porque, entre otras cosas, cuenta con una aviación que bombardea a los rebeldes. No parece, sin embargo, que pueda derrotar la rebelión ni que esta pueda tampoco montar una ofensiva sobre Trípoli. De ahí que el conflicto se alargue a menos que algún miembro del entorno inmediato del líder, un guardaespaldas o un familiar, le liquide. La opción del exilio de Gadafi, a Venezuela o a Zimbabue, parece poco probable porque un cambio de régimen en cualquiera de esos dos países podría provocar su entrega a la Corte Penal Internacional, que reclama al dictador y a algunos de sus colaboradores para juzgarles por crímenes contra la humanidad.
- ¿Qué puede hacer la comunidad internacional? La resolución 1970 del Consejo de Seguridad de la ONU, del 26 de febrero, impone ya sanciones al régimen de Gadafi, y la Unión Europea consagró, en su cumbre del viernes, al Consejo Nacional Provisional de Transición (CNPT), instalado en Bengasi, como su interlocutor privilegiado. Pero esas medidas apenas tienen consecuencias sobre el terreno. Si, en cambio, los cielos de Libia fuesen declarados zona de exclusión aérea, la aviación de Gadafi ya no podría atacar a los rebeldes so pena de ser derribada. EE UU, Europa y la Liga Árabe son partidarios de decretar esa zona de exclusión, pero desean que una nueva resolución le dé cobertura jurídica. China y Rusia, miembros permanentes del Consejo de Seguridad y, por tanto, con derecho de veto, no son proclives a adoptar tal resolución.
- ¿Qué consecuencias tiene el conflicto libio para Europa y el resto de Occidente? La producción diaria de hidrocarburos de Libia ha caído un 80% y el precio del petróleo ha subido desde que estalló la sublevación. Si el país volviese a la calma, las exportaciones no podrían reanudarse al nivel anterior porque algunos terminales han sido dañados o destruidos. El enfrentamiento conlleva una crisis humanitaria. Al menos 250.000 inmigrantes han huido en tres semanas y es probable que muchos subsaharianos lo hagan cuando acabe el conflicto por temor a represalias por haber defendido a Gadafi. Una parte de ellos intentará emigrar clandestinamente a Europa.
- ¿Qué consecuencias tiene para las revoluciones árabes? Las revoluciones tunecina y egipcia tardaron menos de un mes en derrocar a los respectivos jefes del Estado. La revuelta libia dura casi un mes y está estancada. Ese parón supone un mazazo psicológico para muchos árabes que esperaban el cambio en un tercer país norteafricano.
candido -
La actuación de la diplomacia española tampoco es novedosa, ya que es la misma que practican el resto de los países de la Unión Europea. Es la realpolitik. Todos hemos apoyado a toda la retahíla interminable de dictadores del Norte de África y de Oriente Medio con razones de carácter económico, tales como el abastecimiento energético y el control de movimientos migratorios; y de estrategia política, ya que así nos veíamos algo más libres del fundamentalismo islámico, mientras que hacíamos la vista gorda a las violaciones de los derechos humanos y a una corrupción impresionante. La actuación de los Estados Unidos es semejante y conocida por todo el mundo, ya que Egipto ha sido el mayor receptor de su ayuda económica por décadas. Solo superado por Israel. El Cairo ha percibido en los últimos años 1.550 millones de dólares de los cuales, 1.300, han sido destinado a fines militares, para asegurar el status quo. Apenas 250 millones para programas sociales. Ahora cuando los pueblos de Túnez, Egipto, Argelia además de otros, se han lanzado a la calle para conseguir la democracia, la Unión Europea y Norteamérica descubren la conveniencia de las libertades políticas en estos países. A buenas horas mangas verdes. Este problema no lo tiene China, seguidora de la doctrina Estrada. Como muy bien señala Marcos Peckel "Este dilema diplomático y político no lo tiene nunca China, que desarrolla una diplomacia puramente de intereses, independiente de quién está en el poder, sin descalificar a nadie, ya sean dictadores, demócratas o terroristas, calibrando únicamente qué tantos negocios se pueden hacer con este o aquel régimen, qué tanto petróleo tienen y qué tantos productos chinos pueden comprar. Las crisis regionales no afectan a China, que en Oriente Medio mantiene excelentes relaciones comerciales y de otra índole con Israel, Irán, Siria, Arabia Saudita y Turquía. Los chinos ni se han manifestado frente a la crisis egipcia ni nadie espera que lo hagan. Harán negocios con el que suceda a Mubarak, sea quién sea".
Retornando a Guinea Ecuatorial, Bono le ha dicho a Obiang "Es muchísimo más lo que nos une que lo que nos separa". Es cierto, el idioma, pero también el petróleo y los intereses comerciales. España es, tras Estados Unidos y China, el tercer socio comercial del país africano. En 2009 España vendió a Guinea un montante de 194 millones de euros en maquinaria, automóviles, bebidas y material eléctrico. Ese mismo año, España importó productos de Guinea por valor de 458 millones de euros, básicamente petróleo y derivados. Hoy están allí empresas españolas: Unión Fenosa (con una participación del 5% en el consorcio de explotación de gas natural 3G Guinea Gas Gathering), Repsol (se adjudicó en 2009 los derechos mineros sobre un bloque de exploración), y Enbasa (dedicada al envasado de agua, vino y refrescos y que posee la principal planta industrial agroalimentaria del país). Por ende, parecen muy apropiadas para el hecho que estamos comentando lo que dijo hace ya más de un siglo el Conde Romanones "Buscar el fundamento de las amistades internacionales en la afinidad de las razas, en la identidad de la sangre y del lenguaje, es una falacia engañosa. Todo lo antedicho sólo sirve como tropos para los juegos florales. En la política exterior sólo tienen primacía los intereses".
Esa aspiración tan tiempo anhelada por nosotros los españoles de incorporarnos a Europa, la hemos conseguido plenamente. Ya somos europeos. Actuamos en nuestras relaciones internacionales igual que los franceses, los alemanes, los británicos- No hay diferencia alguna. Si hacemos negocio y firmamos acuerdos comerciales, nos parece irrelevante que un país tenga una despiadada y larga dictadura, en la que no se respeten los derechos humanos, como está ocurriendo en Guinea Ecuatorial o que la corrupción llegue a unos límites intolerables, que ha permitido que Obiang sea una de las mayores fortunas del continente. La actuación española actual con Obiang, es la misma que la que mantuvieron los Estados Unidos con el régimen de Franco, en el contexto de la Guerra Fría, al firmar en 1953 unos acuerdos por los que a cambio de la ubicación de las bases americanas el régimen de Franco recibió cuantiosas ayudas de carácter militar y económico, además de un reconocimiento internacional. Este el mundo que entre todos hemos forjado. Y luego los europeos, no tenemos inconveniente alguno en considerarnos los herederos de los principios de la Ilustración y la Revolución Francesa. Y además nos lo creemos.
tun -