El gran mago de las finanzas
La derecha española lleva ya tiempo vendiéndonos las excelencias de la política económica de Rodrigo Rato durante los mandatos de José María Aznar. Poco más o menos que Keynes o Hayek a su lado eran unos aprendices. Por activa y por pasiva nos han acribillado con los dardos de sus palabras: Rodrigo Rato el mejor ministro de Economía que hemos tenido en nuestra democracia. Otros van todavía mucho más lejos: el mejor de toda la historia de España. Juan Álvarez Mendizábal, Pascual Madoz, José Calvo Sotelo Indalecio Prieto, Enrique Fuentes Quintana, Miguel Boyer o Pedro Solbes a su lado son auténticos pigmeos. ¡Y ay de aquel que tuviera la osadía de cuestionarlo! Sobre él iban a caer los ataques más furibundos de los políticos del PP y de todos los medios de comunicación vinculados con la derecha española, que no son pocos. Merece la pena hacer algunas matizaciones sobre la política económica de los gobiernos del PP, dirigida por Rodrigo Rato. Nos la presentan como si hubiera sido el milagro de la multiplicación de los panes y los peces, de mucha mayor envergadura que la New Deal de los años 30 del siglo XX del presidente norteamericano Roosevelt. Cuando los populares llegaron al poder en 1996 la recuperación estaba en marcha, coincidiendo con un excelente momento de la economía internacional, por lo que la tarea era más fácil. Las tasas de crecimiento económico español en el periodo 1996-2004 se explican por: tipos de interés reales negativos, precios bajos de la energía y materias primas, estímulo masivo de las operaciones especulativas, una burbuja inmobiliaria progresiva que los equipos económicos de Aznar se negaron a controlar, corrupción municipal y cientos de miles de empleos precarios. Además de los 8.000 millones de euros de ayuda anuales provenientes de la Unión Europea, casi el 1% del PIB anual español, conseguidos por el pedigüeño Felipe González; y del producto de las privatizaciones, unos 40.000 millones de euros. Así es fácil, era mucho más fácil cumplir las condiciones del Tratado de Maastricht para entrar en la Unión Monetaria, con la inflación controlada, déficit presupuestario inferior al 3% y deuda por debajo del 60% del PIB. Por tanto de milagro, nada. La coyuntura económica iba de cara y lo que hizo Rato no fue otra cosa que seguir la corriente. Por ende, esa idea de taumaturgo de las finanzas habría que rechazarla.
Una buena ocasión para seguir valorando su talla de economista es su actuación al frente del Fondo Monetario Internacional de 2004 a 2007, período en el que se estuvo incubando la crisis económica más traumática de 100 años acá. Y por un informe de la Oficina de Evaluación del F.M.I., una especie de auditoría, recientemente presentada, su figura sale fuertemente cuestionada ya que durante su mandato se cometieron todo un conjunto de errores, a cual de ellos más grave: análisis deficientes, obstáculos dentro de la organización, problemas de gobernanza y, sobre todo, “limitaciones políticas”–, todos ellos impidieron ver la recesión que se avecinaba, y que de haberla previsto se podría haber frenado o atenuado la crisis. Además se ocultaron las voces críticas contra la aparente bonanza económica y que fomentaron la lectura "autocomplaciente" de lo que acabó en una burbuja financiera; se favorecieron las prácticas en "innovación financiera" que más tarde desataron el descalabro de las subprime (hipotecas basura). El documento constituye una radiografía despiadada en la que aparecen analistas guiados por el pensamiento dominante neoliberal, enviados “intimidados” por las autoridades nacionales, presiones “explícitas” para moderar la evaluación sobre determinados países poderosos y, en cambio, “contundencia” con los países “más pequeños o mercados emergentes”, etc. De lo que se deduce que el F.M.I. se calló ante los grandes beneficios que estaban acumulando los especuladores de casino y tiburones de las finanzas. Y lo que parece claro es que el máximo responsable de lo bueno y de lo malo en cuanto a las actuaciones de un organismo es aquel que está a la cabeza.
El presidente actual de Caja Madrid y Bankia sobre el tema en cuestión se limitó a responder con unas escuetas palabras: "no quiero hacer declaraciones, muchas gracias”. Salgado, la ministra de Economía, en buena lógica tras los ataques despiadados recibidos desde la bancada de los populares contra la política económica de los diferentes gobiernos de ZP, puntualizó que el informe del FMI "contrarresta" las acusaciones que a veces se hacen al Gobierno y a su presidente, José Luís Rodríguez Zapatero, de no haber visto la crisis, y "parece claro que otros que se tildan de más listos tampoco la vieron". En cambio, José Luís Rodríguez Zapatero prefirió cargar contra el FMI y no contra el director gerente que, según el propio organismo, no supo advertir la crisis económica y recordó que en el FMI trabajan 1.200 economistas de primer nivel y ninguno supo prever lo que iba a pasar. El vicesecretario de Comunicación del PP, Esteban González Pons, defendió la "impecable" gestión de Rodrigo Rato al frente del Fondo Monetario Internacional (FMI). Toma castaña y se queda tan fresco. Lo de este caballero es como para no olvidarlo. De todas maneras los populares nos han mentido tantas veces que por una vez más, tampoco pasa nada. Una mentira repetida mil veces se convierte en una verdad.
Los datos anteriormente expuestos se comentan ellos solos. No obstante, me surgen algunas dudas sobre cuáles fueron las razones auténticas de haber dejado en el 2007 un cargo tan relevante a nivel internacional. Él se limitó a señalar en aquel momento que eran estrictamente de carácter personal. Pienso que, cuando menos, debería dar alguna explicación.
Cándido Marquesán Millán
3 comentarios
junco -
ETA estaba detrás del 11-M... Acebes (gran ministro del Interior) no mintió... Y más actualizado, Ruiz Mateos es un empresario modelo víctima del sistema.
Pascual -
Todos fueron acusados por su oposicion de turno de ser malisimos en su cometido al frente se sus ministerio de economia y hacienda.
Todos ocupan cargos altisimos y remuneradisimos.
No se si acertaron para los españoles, pero para ellos en particular consiguieron cotas de riqueza y poder altisimas. Entraron para servirnos, al menos eso dijeron en sus campañas politicas, alguno de ellos se acuerda hoy de los que los votaron. Ricos, poderosos, influyentes...
Gracias a sus aciertos y errores, nos mantenemos nosotros y, pobrecicos ellos, sumidos en esta crisis economica que no les deja vivir, por los bancos y consejos de administracion de esos mundos de Dios.
tun -
De todas maneras ZP debería de comer más tortilla de patata a la hora de salir a la palestra y acusar con dos 00 a sus contrincantes, que cuando se tiene razón las cosas se defienden solas.