¿Que entendemos por “patrimonio”?
En la mayoría de los diccionarios nos dicen que Patrimonio es la herencia que legan nuestros antecesores, y este patrimonio puede ser material (como un terreno, los edificios, muebles, herramientas, etc), o inmaterial (como el idioma, las costumbres y tradiciones, la educación en el seno familiar, el aprendizaje de un oficio…).
Y ¿Por cultura?
Vayamos de nuevo a los diccionarios y veamos que dicen: Cultura: Desarrollo intelectual o artístico; sabiduría, civilización. Conjunto de conocimientos científicos, literarios y artísticos que caracterizan una sociedad o época.
Entonces: ¿Qué es el Patrimonio Cultural?
La Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO ) considera como "patrimonio cultural" entre otras cosas a:
los monumentos, obras arquitectónicas, de escultura o de pintura, elementos o estructuras de carácter arqueológico, inscripciones, cavernas, elementos, que tengan un valor desde el punto de vista de la historia, del arte o de la ciencia, que signifiquen y sean parte de la historia y memoria del lugar al que pertenecen, los cuales son la herencia colectiva de un pueblo, con un pasado común de un grupo de gente con intereses comunes y relacionados a una historia, que afronta un presente y mira al futuro. A esto denominamos Patrimonio Cultural.
¿Por qué es importante cuidarlo y valorarlo, cual es su verdadera importancia?
La necesidad de proteger los bienes que integran al Patrimonio Cultural, surge con la demanda de preservarlos de la destrucción indiscriminada que padecen tanto por la mano del hombre como por el paso del tiempo y los desastres naturales. Es también importante por que el Patrimonio Cultural es parte de la riqueza de todos, pero al igual que muchos recursos naturales como el agua, la vegetación autóctona etc., el Patrimonio Cultural es un recurso no renovable en lo que respecta a su pasado, y es por eso mismo que se manifiesta tangiblemente como recurso intocable e irremplazable de un pueblo.
El Patrimonio Cultural está siempre ligado al colectivo humano, ya que es el hombre y la mujer los que lo producen, por lo tanto es lo que da identidad, origen y continuidad a nuestros pueblos.
Hay que pensar la forma de mantener y revalorizar nuestro patrimonio porque como hemos visto es nuestra identidad. En los últimos años, la noción de patrimonio cultural se ha ampliado considerablemente, y la importancia mucho mayor ahora que se le concede se basa en la conciencia cada vez más extendida de su riqueza y vulnerabilidad.
Muchas organizaciones como la UNESCO tienen muy buenas propuestas para poner en práctica y salvaguardar el patrimonio, así como las legislaciones nacionales y autonómicas, que tienen la obligación de velar por su protección, conservación y difusión (independientemente de la propiedad), tanto para nosotros como para las futuras generaciones.
Junto al patrimonio material no olvidamos el intangible, que se transmite oralmente o mediante gestos y que se va modificando con el transcurso del tiempo a través de un proceso de recreación colectiva. Se incluyen las tradiciones orales, las costumbres, las lenguas, la música, los bailes y dances, los rituales, las fiestas, la medicina tradicional, las artes culinarias y todas las habilidades especiales relacionadas con los aspectos materiales de la cultura, tales como las herramientas y el hábitat. ¿La Semana Santa Hijarana no os parece el mejor ejemplo de esto?
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El patrimonio intangible, junto al tangible, permite consolidar la diversidad y la identidad cultural. De hecho, su valor concreto en lo que respecta a cada localidad especifica es objeto de un reconocimiento cada vez más generalizado, como reacción frente al fenómeno de la globalización.
Luego de profundizar sobre estos conceptos de patrimonio, se llega a tener una conciencia mayor acerca de la importancia que tiene en la vida de todos y cada uno de los individuos; aunque no nos demos cuenta, el patrimonio representa nuestra identidad no solo como comunidad sino como individuo.
Si cada uno cuida y valora lo suyo, se puede llegar desde el ámbito local a realizar cambios a nivel mundial (tenemos la obligación de cuidar al menos lo nuestro, lo cercano, no podemos esperar que vengan de lejos a decirnos que nos tenemos que interesar por nuestro patrimonio y defenderlo).
De esta manera, se acepta al patrimonio cultural como algo que se basa en conceptos y valores de una sociedad, que se plasman en unas costumbres y formas peculiares y en un patrimonio tangible y material, y esta sociedad tiene para con ellos no solo derechos sino también obligaciones.
Una de las obligaciones más importantes que le atañe a la sociedad es la de trasmitir esos valores a las futuras generaciones, es decir, que no podemos pretender lograr algo en un futuro, si no sabemos quienes somos, si no tenemos un pasado.
Por suerte, la preservación del patrimonio y la diversidad cultural, son temas que han ido evolucionando en las últimas décadas y que van generando propuestas para cuidarlas y preservarlas.
Es muy importante que las instituciones apliquen las medidas legislativas, administrativas, técnicas y financieras concebidas para proteger el patrimonio cultural. El cuerpo de normas, elaborado en gran medida por la UNESCO, es muy claro y completo; lo que se necesita es aplicarlo, ya que todavía no se respetan como es debido las directrices básicas sobre las intervenciones en patrimonio cultural.
Aquí en Híjar tenemos algunos claros ejemplos de nefastas actuaciones; las mas graves son siempre las que ya no tienen remedio, como son la destrucción y el derribo indiscriminado de edificios de gran valor (sin irnos muy lejos en el tiempo: casa en la plaza de la Villa, parte del palacio del Barón…), otras y muy abundantes, como fruto del abandono y la desidia (castillo, convento, iglesia, sinagoga, casa del diezmo y barrio judío en general, ermita de San Miguel, harinera y, muchos otros rincones y casas interesantes, …); luego las intervenciones supuestamente controladas y con un resultado terrible y vergonzoso como en el torreón medieval.
Hoy en 2011, hay que conseguir que se realicen las actuaciones pertinentes para la conservación, ya que se encuentran en serio peligro, de varios de los edificios históricos más importantes y por lo tanto representativos de nuestra identidad cultural como pueblo (y en esta definición entramos todas y todos) como son la sinagoga y la iglesia de Híjar.
Pero no se puede hacer esto de cualquier manera, HAY QUE HACERLO BIEN; para esto hay que contratar empresas y personal especializado, y evitar se repitan intervenciones irremediables, ya que nuestro patrimonio actual es el que tenemos, todo lo que se pierde, se pierde para siempre, es irrecuperable.
Para finalizar me gustaría que observasen algunas de las fotos que acompañan el artículo, son monumentos o elementos de otras poblaciones similares a los existentes en Híjar, y que han sido tratados con dignidad y respeto al mismo tiempo que se han consolidado y, reforzado para que duren en el tiempo.
Gracias por su atención e interés.
Vicente Gómez Arbiol
