LOS CENTROS DE DESARROLLO RURAL Y LA PARTICIPACIÓN
Como muchos de vosotros sabréis, ADIBAMA (Asociación para el Desarrollo Integral del Bajo Martín) nació en los años 90 para gestionar los fondos Europeos que la Unión Europea destina al medio rural. Dichos fondos se denominan Programa Leader y se basan en que los agentes sociales, políticos, económicos, culturales, etc… de un determinado territorio planteen propuestas de desarrollo sostenible a través de sus propios recursos. Y al igual que ADIBAMA, tenemos centros de desarrollo en casi todas comarcas de Aragón excepto Zaragoza y entorno.
Hasta ahí todo correcto. La Metodología Leader pretende integrar en una asociación sin ánimo de lucro a la ciudadanía para que decidan dónde y cómo van las subvenciones, pero también como un laboratorio de ideas donde desarrollar planes estratégicos y donde los ciudadanos tengan un referente.
ADIBAMA subvenciona y ayuda a muchos emprendedores de las comarcas del Bajo Martín y Andorra-Sierra de Arcos. Lamentablemente, los aspectos participativos y la acción de la asociación para dinamizar al tejido social, para hacerles partícipes de políticas activas de desarrollo, nunca han funcionado lo suficiente. Por desconocimiento de unos, por el poco interés de sus juntas directivas para que fuera así... y no será porque no han apoyado ideas, porque sus equipos hayan ido donde les hayan llamado... También hay que decir que la poca autocrítica de estas instituciones hace que se maquillen resultados, se apueste por proyectos que nada tienen que ver con las necesidades y la proyección del territorio y se burocratice hasta parecer una administración pública más (cosa que poco tiene que ver con los centros y mucho por los burócratas de DGAs y Ministerios). Por supuesto, la responsabilidad es de todos. De nuestros políticos, por lo de siempre; de los que supuestamente nos representan allí porque no existe ninguna comunicación; de los ciudadanos por no exigir conocer el interior de estas estructuras y no luchar ni participar en propuestas; y también, sus equipos técnicos, que quizás no hayamos, cuando nos ha tocado, dirigido muchos más esfuerzos a abrir la asociación a los ciudadanos. O quizás no se han tenido los medios, o se ha perdido la ilusión…
Deberíamos, igual que hacemos aquí con otras instituciones, plantear propuestas de cómo mejorarla, porque ahí está, y tendríamos que saber utilizarla, incluso ayudarla.
Pero no me gustaría acabar sin hacer una crítica a los movimientos de poder de toda la vida. Y eso si que tiene poco o nada que ver con los trabajadores de las asociaciones de desarrollo. No voy a entrar en excesivo detalle, pues la revista se ha buzoneado y todos podéis leerla. Tampoco es una crítica feroz al funcionamiento interno, pues, aunque parezca extraño, los acuerdos se suelen tomar por unanimidad y suele haber buen rollo entre los distintos grupos políticos, sindicatos, asociaciones… También hay que decir que los representantes, realmente,distan mucho de representar a sus instituciones, pues como acostumbramos en España nadie representa a nadie, herencia de nuestro secular individualismo.
Como decía, es difícil abrirse a la población si estudiamos detenidamente su junta directiva. Supuestamente los estatutos de los centros de desarrollo, por imperativo europeo (que no estatal), tienen que tener en sus juntas, al menos, un 51% de representación NO Política. Pero eso es sólo la teoría. Pues en esta tierra se utilizan muchas veces las representaciones personales en asociaciones, etc… para colocar a los tuyos y así tener la mayoría. De ese modo ponemos al partido que nos interesa, le damos caramelitos a alguno y así, en el mapa, el partido que le toca (en este caso el PSOE, todos unos maestros en este tipo de historias), tiene a su gente colocada, como un recurso más de poder y de información privilegiada.
Cada uno puede sacar sus propias conclusiones, pero examinando la junta directiva (y ya digo que no sólo es cosa de Adibama, sino de la gran mayoría de centros de desarrollo) podemos ver que, de 15 miembros, en teoría 6 miembros son políticos porque representan a administración local. Un miembro es del Gobierno de Aragón, y el resto son de sindicatos, asociaciones sociales, cooperativas, empresarios y asociaciones culturales. Sin embargo, las asambleas que eligen las juntas (que luego elegirán al presidente) son movimientos políticos, llamadas telefónicas a diestro y siniestro, etc… para que la votación ponga “a uno de los nuestros” (gran mayoría de los que asisten a las asambleas de elección conocen semanas antes quién va a ser el presidente –viva la democracia¡). De hecho, hay representación política (encubierta) en varios representantes de asociaciones sociales y/o culturales que claman al cielo. No quiero decir que no sea legal, aunque es difícil que nos engañen. A simple vista se observa que varios representantes incluso han sido candidatos en las anteriores elecciones de su pueblo, o han representado políticamente a alguna institución en la propia Adibama en la anterior junta. Todo ello para facilitar el nombramiento de “uno de los nuestros”. Incluso en asociaciones fuera de toda sospecha se podría decir algo.
El desarrollo del trabajo diario, gracias a Dios, no es tan polémico como se podría llegar a pensa.
Dejamos este breve artículo para poder debatir sobre cómo mejorar su funcionamiento, como abrirlo a la gente para poder considerarlo como algo nuestro y cómo evitar que estos manejos, tan obvios al total de los mortales, dejen de ser lo habitual para convertirse en excepción.
Página web de Adibama: www.bajomartin.com